El ocio me aburre
y el aburrimiento me tortura.
Solo me acompaña la soledad,
esa amiga inseparable que tengo,
que me apoya en mis momentos de frustración
y en mis alegrías.
Todos los días soporto,
la congoja que me causa,
¡ Pero tengo que decirlo!
en un comienzo su compañía me atormentaba,
pero con el tiempo la he llegado a comprender,
comprendí su silencio melancólico
y la ayuda que me daba,
esa ayuda que siempre necesite
y que yo alguna vez desaproveche.
Esa ayuda que es la nada
pero esta en todo.
El sol ya se escondió,
se ve el ocaso del cielo,
una estrella me comienza a mirar
y yo sigo con la amable soledad.
1 comentario:
los santos heredarán
el mundo
y los poetas
reirán
sigue así
desde el infierno... Alan de Lior
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